PANTER VITA ECO
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Hoy vamos a recurrir a una de las mejores películas de todos los tiempos ‘Una noche en la ópera’, con escenas que han pasado a la historia, no solo del cine, sino de nuestras vidas. De hecho, corre por muchos WhatsApp una versión para comentar la actualidad de nuestro país.

La película de hoy es ‘Una noche en la ópera (A Night at the Opera)’. Esta fue la sexta película de los maravillosos hermanos Marx de 1935. Pero la primera que hicieron con su nuevo estudio, la todo poderosa MGM, tras su ruptura con Paramount, y la primero sin un integrante del grupo, Zeppo. Como siempre protagonizada por Groucho Marx, Chico Marx, Harpo Marx, Junto a ellos, Kitty Carlisle, Allan Jones, Margaret Dumont, Sig Ruman, y Walter Woolf King.

La película es una adaptación de George S. Kaufman, Morrie Ryskind, Al Boasberg, y Buster Keaton de una historia de James Kevin McGuinness. La película fue dirigida por Sam Wood. Está considerada como una de las 100 mejores películas de todos los tiempos. Su argumento es muy sencillo, llevado por un extravagante sentido de los negocios, Groucho mete en un barco con destino a Nueva York a las grandes estrellas de la Ópera de Milán. A bordo viajan también unos polizones: Harpo y Chico. Entre los tres revolucionan el barco, organizan un escándalo en Nueva York y convierten la noche del estreno en una locura que el mundo de la ópera nunca podrá olvidar.

Pero esta película ha traspasado épocas, fronteras, idiomas. Como poder olvidar esa genial escena de la “Primera parte contratante”. O aquella otra en donde en un pequeño camarote de barco, se pueden concentrar 15 personas, un baúl gigante, … ¿cuántas veces hemos repetido esas mismas frases, para referirnos a muchas situaciones en donde nada queda claro?.

Hoy en día, aún decimos cuando hay mucho lio en algún sitio muy pequeño: "Esto parece el camarote de los hermanos Marx". Pues bien, con estos dos ejemplos arrancamos, basados en esta obra del séptimo arte, que, a pesar de tener 85 años, sigue siendo tan actual como viva.

Actualmente, muchos autónomos y empresarios se sienten dentro de esa mezcla de los múltiples ocupantes de ese asfixiante camarote, sin ver la salida clara, sin tener espacio para poder pensar y respirar. Sin ver el camino para donde seguir. Tienen mil y una preguntas, dudas, temores, que no saben cómo poder llegar hasta ese final tan ansiado, porque pese a verlo tan cercano, está tan lleno de obstáculos, de cosas por medio, como ese diminuto camarote.

Todos quieren saber cuándo, cómo y dónde van a poder resolver esta ansiada situación. Como van a cubrir sus gastos, sus impuestos, pagar los sueldos de sus empleados. Ver cuándo van a poder remontar el vuelo, hacia una salida de una crisis que se prevé larga y dura, cuando apenas estaban tomando oxigeno de la que ya habíamos pasado.

Quieren, desean, llegar hasta esa puerta, dejar a un lado ese pesado baúl, como si de la magnitud de esta temida que los va a envolver en breve se tratara. Esperan la ayuda del compañero que tienen junto a ellos, pero que, por desgracia, está tan inmóvil como ellos, por la falta de salidas, de ideas, de soluciones.

Pero lo peor es que cuando reciben las noticias, los BOE, los decretos, las supuestas ayudas, las solitudes, los ERTE, … se sienten como los dos hermanos Marx leyendo “La Primera Parte… contratante…”. De verdad, lo ven y lo sienten todo, enrevesado, liado, poco claro, sin tener demasiada fe en estas ayudas, en esas salvaciones que se le prometen desde el Gobierno. Que, por desgracia, no contenta a nadie con tantas medidas, con tantas soluciones de última hora, muchas hasta contradictorias.

Van cortando clausulas, como en la escena de los Hermanos Marx, para al final poder ver, que, en muchos casos, no cumplen los requisitos, que no les queda tiempo para sacar a flote sus negocios, que muchos autónomos que tienen negocios, que son representantes, agentes liberales, ... no pueden, no entienden tanto papeleo, tanta solicitud.

Todos quieren una sola cosa, que la primera parte contratante entienda lo que quiera, lo que necesita y lo que espera la segunda parte. Esta segunda es la que sustenta el país, la que le paga esos sueldos que tanto les cuesta rebajarse y ser solidarios.

Esa segunda parte espera con temor, por saber que no va a ser escuchada. Pero sobre todo espera, que alguien abra esa puerta del camarote, dejándolos salir a todos y liberándoles de esta mega crisis, y que resuelvan sus problemas y peticiones.

Por suerte, la primera parte contratante tendrán sus salarios asegurados. La segunda no sabe si los tendrá …

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