PANTER VITA ECO
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Tenemos la obligación de reinventarnos, no hablo de usar mascarilla, de guantes y protecciones, que es lo que nos toca. Me refiero a ir más allá, de saber que nuestro cliente ha cambiado o debe cambiar, por que el consumidor se ha transformado, igual que lo ha hecho el mercado. El cliente malo ahora puede ser bueno y viceversa.

Estamos en tiempos de transformación para todos los sectores, por eso he recurrido a una popular serie de finales de los años 60, que creo que viene muy al caso de toda esta situación. Hablo de Superagente 86 (Get Smart, en su título original en inglés). Una serie de televisión estadounidense que parodiaba a las películas y series de espías, una especie de James Bond, pero yo diría un poco más, era como el Shrek de la guerra fría, llevado al campo de los agentes secretos. Pero si además, le añadimos ese toque francés entre el inspector Gadget y el super Inspector Clouseau, el “desastroso resultado es Agente 86”.

Creada por Mel Brooks y Buck Henry, estuvo protagonizada por Don Adams, como Maxwell Smart, el agente 86, y Barbara Feldon, como la agente 99. Narra las aventuras de los super agentes 86 y 99 trabajaban para CONTROL, una supuesta agencia secreta de agentes secretos del gobierno de los Estados Unidos, que lucha contra una maléfica organización llamada KAOS.

Emitida entre los años 1965 y 1970. Con mucha audiencia y premios. Es la imagen del agente torpe, que rompe cosas, con montones de carpetas de papel y archivadores. Muy torpe con toda la tecnología. Aquel agente que hablaba por un zapatofono, que rompía las cortinas de bolas para luego caer al pisarlas. Que usaba un coche descapotable desfasado o una vespa antigua. Que nunca hacia caso a las indicaciones de los científicos, cometía mil errores. Fiel a los estereotipos de Gadget o Clouseau, anti Bond… en todo. Pero como Sherk siempre salía triunfador.

Pues bien, esto era bueno para los años 70, puede que incluso para los 80, y algo de los 90. Pero hoy en pleno 2020, con una mega organización que no ha cambiado, ese KAOS, sigue ahí fuera. Lo que antes servía ahora no vale. Lo que antes era bueno, que pueda que, por pura chiripa, no sin esfuerzo, era válido y bueno, ya no vale. Nuevos tiempos, nuevas necesidades, nuevas soluciones.

Para los que estamos en la calle, todo ha explotado, como en alguno de los episodios de la serie y no va a venir ningún científico loco a repararlo. Tenemos un enemigo nuevo pero viejo, el Kaos. Ahora no es una mega maléfica organización, es un virus letal, una crisis como jamás la hemos vivido. Ningún guionista de esta serie habría sido capaz de plantear este dantesco escenario. Pero aun así, no dejemos que ello nos consuma, por querer aférranos a lo que antes era nuestro libro guía. Ese Kaos lo ha borrado todo.

Tenemos la obligación de reinventarnos, no hablo de usar mascarilla, de guantes y protecciones, que es lo que nos toca. Me refiero a ir más allá, de saber que nuestro cliente ha cambiado o debe cambiar, por que el consumidor se ha transformado, igual que lo ha hecho el mercado. El cliente malo ahora puede ser bueno y viceversa.
Palabras como video conferencia, zoom, LinkedIn, han venido para quedarse y formar parte de nuestro día a día. No dejes que el futuro que ha pasado a velocidad de AVE te atropelle y haga que te quedes dentro de un oscuro túnel. Que convierta tu esfuerzo en nulo resultado.

El blog se ha quedado sin páginas, el boli sin tinta, las llamadas de mira a ver si necesitas, no aportan valor ni sentido. O somos productivos a otro nivel, o lo vamos a pasar muy mal. Reformarse o al paro, no hay más. No es que te lo has de plantear, es lo que hay que hacer si o si.  Analiza lo que has hecho, lo que has tenido hasta ahora, todo es viejo, todo es antiguo.

Frases míticas como voy “a ver si necesitan algo, o creo que alguna cosa puede que me compre. No tener respuesta a preguntas como que me traes hoy… o que hay de nuevo… Todo aquello que sea lo de siempre, nada nuevo, pues vamos haciendo”, para ello mejor quédate en casa, muchas veces, es una decisión inteligente. “Si no puedes aportar, hazlo con tu silencio”.

Es decir, busca, aporta, crea valor de negocio a tu cliente o te acabaran dejando en su segundo plano, serás prescindible. O quieres seguir siendo un reponedor bien pagado. Hay muchas más cosas de las que hablar que el precio. Eso lo sabe hacer cualquiera.

La baraja ha cambiado de cartas y las reglas del juego se han cambiado a mitad de partida. Game Over. Que no te dejen en fuera de juego, como al agente 86, incluso Bond se ha reinventado.

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