PANTER VITA ECO
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Charlie y la fábrica de chocolate es hoy el referente para nuestro artículo. es una película de 2005, dirigida por Tim Burton, la segunda adaptación cinematográfica de la novela homónima escrita por Roald Dahl en 1964, y está protagonizada por Johnny Depp como Willy Wonka y Freddie Highmore como Charlie Bucket.

Su argumento nos cuenta la pobre historia de un niño llamado Charlie Bucket, que vive en la pobreza en una pequeña casa junto a sus padres y sus cuatro abuelos. El padre de Charlie, que trabaja en una fábrica de pasta dentífrica colocando los tapones en los tubos de dentífrico, mantiene a toda la familia. Joe, su abuelo, trabajaba en la antigua fábrica de chocolate de Willy Wonka, que, por culpa de los dulces más baratos, de peor calidad, de importaciones de lugares lejanos dejo de existir. Perdió todo su patrimonio, ya nadie quería gastar tanto dinero en unos chocolates tan ricos, pero tan caros. Los padres de los pequeños preferían comprar dulces más baratos, aunque peores.

Un dia, el hijo del Sr. Wonka reabre la fábrica, para promocionar sus productos decide hacer una acción muy especial. Anuncia que cinco niños que encuentren cinco billetes dorados ocultos al azar en tabletas de chocolate Wonka podrán visitar la fábrica y solo uno de ellos ganará un gran premio especial. Los billetes son encontrados por 4 niños de diferentes formas de ser y distintos lugares. Incluido Charlie. El pobre niño incluso está tentado de venderlo por ganar un poco de dinero. Tras la visita a la fábrica es el único que gana la opción de tener el gran premio. Mientras, su padre pierde su puesto en la fábrica por ser sustituido por un robot que hace el trabajo más barato que él. Tras pasar por diferentes peripecias, Willy se puede reconciliar con su padre, junto a Charlie decide dirigir la fábrica y fabricar nuevos productos para que los niños quisieran comprarlos de nuevo.

Os preguntareis que tiene que ver todo esto con nuestro mercado de ferretería y bricolaje. Pues la verdad es que mucho. Nuestro mercado, cada vez se parece más al de la fábrica de los productos de Willy Wonka. Cada vez más, los chocolates de calidad, elaborados, con un nivel más alto, se dejan a un lado, buscando los dulces más sencillos, más baratos, más sin saber de dónde vienen y que tienen detrás de ellos.

Como está pasando en nuestro mercado, hoy en día, los productos low cost, sin valor añadido están a la orden del día. Bombillas, pilas, tornillos, taladros, están siendo el pan nuestro de cada día. No nos importa la calidad, la duración, ni el rendimiento.No nos preguntamos que, si todo es importado, todo es de aquella manera, en algún lugar alguna fábrica como la de Wonka, podrá cerrar, su gente podrá quedar sin trabajo. O como en el caso del padre de Charlie serán sustituidos por robots baratos, que no aseguran calidad, solo cantidad.

Si cerramos los ojos y miramos hacia otro lado, y sólo importa el precio, dejamos sin futuro a productos con I + D con calidad y desarrollo. Comprar a cualquier precio, al final del camino tiene un precio muy alto. Ponemos en manos de países del otro lado del mundo, nuestra economía, nuestros puestos de trabajos, nuestros futuros.

Ya hay grandes grupos de distribución de otros sectores que han determinado que es más rentable fabricar dentro de la zona europea y que el servicio ontime, es mejor que las grandes importaciones.

Queremos ser siempre los más baratos, sin importar la satisfacción del cliente, sin asumir saber que la fidelización es vital, el saber aconsejar no tiene precio. Y es que nuestro sello de identidad es prescribir aquellas cosas que nos aseguren que el cliente volverá.

¿Por qué los nuevos bricolajes de propietarios orientales apuestan por productos premium, cuando muchos ferreteros apuestan por las marcas blancas? ¿Quién ve más allá del simple precio, los que no quieren saber nada sino el precio, o aquellos que llevan más de 3.000 años siendo los pioneros del comercio?

Quienes eran los inductores del camino de la seda y de los comercios por los mares, deben de saber algo. Tal vez crean que todo lo barato pueda salir caro.

Luchemos por productos de calidad, de origen conocido, igual que ocurre con el mercado de la alimentación luchar por fabricas Wonka, tiene un futuro más cierto y concreto que no las chuches que provocan caries….

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