PANTER VITA ECO
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Si no soportas bien la escalera que sujetas a tu compañero este caerá. Si no comunicas bien, tu compañero caerá de su escalera, no podrá hacer correctamente su trabajo, o lo podrá hacer mal. Has de saber trabajar en equipo, para conseguir la moneda de los malos, para que la policía crea tu loca y disparatada historia. Nuevo artículo de nuestro colaborador el Bricolador Enmascarado.

En esta ocasión he seleccionado una comedia de finales de los 80. Uno de los clásicos de los dúos de esa época. Hablamos de No me chilles, que no te veo.  Película Americana de 1989, dirigida por Arthur Hiller. Protagonizada por Richard Pryor, Gene Wilder, Joan Severance, Anthony Zerbe, Kevin Spacey. Narra la historia de Wally es ciego y Dave sordo. Una combinación muy explosiva.

Comienzan su extraña relación en un bar, en una lucha que les obliga a coordinarse y a luchar juntos, siendo una muy extraña pareja. Pese a estar con unas deficiencias importantes, no se dejan pisar, luchan juntos, con una sincronía muy especial. Pero que demuestra que, si sabes comunicarte bien, puedes conseguir muchas cosas. Ambos tienen una especial visión de la vida, a su manera.

Todo se complica cuando un hombre es asesinado, era el corredor de apuestas de Dave, delante de su puesto de prensa. Pero dado que no escucha nada, no puede saber ningún detalle del asesinato. Por ello se convierten en los principales sospechosos. Para probar su inocencia tendrán que ayudarse mutuamente: Wally prestará sus oídos a Dave y éste sus ojos a Wally. Todo el lio se centra en una moneda de gran valor.

La trama se lía mucho, ya que todo hace que ambos parezca que son culpables, sobre todo Wally por deberle 3000 euros por sus apuestas, a las que es adicto, pese a no tener dinero. Cuando los asesinos intentan pagar la fianza para dejarlos libres, es cuando comienza su escapada para poder demostrar su inocencia. Sobre todo, cuando uno reconoce sus piernas y el otro el olor de su perfume.

Es una aventura de compenetración, de saber cómo poder comunicarse pese a sus limitaciones. Serían un ejemplo genial para muchos, en muchas empresas, que pese a tener todos los medios a su alcance, no saben cómo comunicarse adecuadamente. En muchas ocasiones una comunicación inadecuada, insuficiente, crea una desinformación.

Es un aspecto que en muchas corporaciones esta por mejorar, dado que es motivo de muchos malentendidos, de trabajar doble, de no saber transmitir ordenes o proyectos, al resto de los componentes de los equipos.

Cosas tan simples como mails a clientes, “cuando sea posible nos vemos”, en lugar de “seria posible vernos, próxima semana, lunes o miércoles, a primera hora”. Son ejemplos de una comunicación inexacta, no trabajada. Sin contar con comunicados que no dan los detalles completos.

Sin olvidar esos mails que redactamos igual que hablamos, sobre todo si solo nosotros sabemos de lo que estamos hablando. Al final necesitamos tres o cuatro mails más, o un par de llamadas de teléfono. Todo por no pensar, por no haber trabajado este tema con equipos y organizaciones. Parece difícil de creer, pero es más común de lo que pensamos.

Si un ciego puede conducir un coche de policía, con las torpes indicaciones del sordo, ¿porque no podemos intentar mejorar ese aspecto con nuestros equipos? Si fuésemos capaces de contabilizar el tiempo perdido, los casos en que ni tan solo somos capaces de saber que dice un compañero. En especial cuando esté no adapta su lenguaje excesivamente técnico, sin pensar en quién va a leerlo.

Pese a ser sordo, Dave no quiere reconocer su estado. Wally tampoco quiere admitir su ceguera. Pero han de colaborar para salir de ese gran lio en el que se han metido.

Porque si creamos un producto nuevo, con el coste tan laborioso de lanzarlo, de diseñarlo, de múltiples esfuerzos, ¿porque al final lo comunicamos tan mal? Sin imaginación, sin creatividad. Damos por sentado que el cliente ya nos conoce, que no hace falta dedicar demasiados recursos.

Si ponemos un gran y nuevo catálogo, en ocasiones no pensamos si será del todo claro y comprensible para nuestros clientes. Es a veces tan sencillo, como pensar desde el otro lado. Es como si el ciego y el sordo no pensasen en el otro en esos locos momentos, donde o unen sus fuerzas o caerán en las manos de los malos o de la policía.

Si no soportas bien la escalera que sujetas a tu compañero este caerá. Si no comunicas bien, tu compañero caerá de su escalera, no podrá hacer correctamente su trabajo, o lo podrá hacer mal. Has de saber trabajar en equipo, para conseguir la moneda de los malos, para que la policía crea tu loca y disparatada historia.

Da sentido a lo que comunicas, a lo que trasmites, a aquello que puede tener un gran valor si quien lo recibe, lo lee, o es el destinatario. Pensemos en ocasiones si lo que se envía tiene sentido.

Da sentido a tus palabras, a tus mensajes, guía a tus intenciones igual que el sordo guía al ciego por el vestíbulo del hotel, para poder salir hacia la búsqueda de la hermana de Willy.

Si no acabarás como la pareja de la película, tirados en el suelo porque el Sordo no oía como el coche corría colina abajo. Sino trabajamos juntos, sino sabemos comunicar bien somos islas en despachos apartados, sin pensar ni saber cómo han de llegar las cosas al resto de nuestra organización.

Si no piensas en los demás, te pasará como a Dave, saltará la alarma del invernadero, y no te darás cuenta de ello o se romperá el tronco que te conducía hacia la salida.

No apuntes con una pistola a la nada, como hacia Willy.  Porqué no es cuestión de que me chilles y que no me veas. Hazte ver, oír y entender.

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