PANTER VITA ECO
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La empresa afronta se segunda mayor inversión en sus más de 40 años de trayectoria. La empresa familiar vallisoletana construye dos naves más con las que sumará casi 6.000 metros cuadrados y contará con el “mayor centro de distribución de equipos de protección y ropa laboral del norte de España”.

A medida que pasa el tiempo y al echar la vista atrás, va resonando cada vez con más frecuencia en la cabeza la estrofa de Volver, el famoso tango de Carlos Gardel: “Que 20 años no es nada…” Tempus fugit, como deben de pensar los responsables de Comercial Ulsa, la empresa familiar vallisoletana de suministros industriales y vestuario y protección laboral con más de 40 años de historia y que en la actualidad está gestionada por la tercera generación de la saga familiar, los hermanos Javier e Ignacio Gómez Salamanca, quienes precisamente llevan dos décadas incorporados al negocio.

Una trayectoria empresarial de cuatro décadas no está exenta de dificultades y momentos críticos, si bien en el caso de Comercial Ulsa ganan por goleada noticias como las inversiones, el crecimiento y la generación de empleo. No en vano, en la actualidad la compañía vallisoletana se encuentra inmersa en una ampliación a la que destinará 1,5 millones de euros y que consiste en la construcción de dos naves anexas a sus actuales instalaciones actuales y con las que sumará 2000 metros cuadrados hasta un total de casi 6.000 metros cuadrados. Las dos nuevas naves contarán en su parte superior con una planta fotovoltaica de autoconsumo que permitirá producir más de la mitad de la energía consumida.

Aunque pueda parecer paradójico, durante sus más de cuatro décadas de historia dos de los principales hitos de esta empresa familiar vallisoletana son dos grandes inversiones, que han coincidido en el tiempo con las dos mayores crisis económicas del último medio siglo. Otro de los momentos clave en el devenir de la sociedad, como apunta su director general, fue la incorporación de los dos hermanos Gómez Salamanca, “lo que aseguró la continuidad y provocó un impulso en la dinámica del negocio”. 

En 2008, inauguró sus actuales instalaciones en la ampliación del vallisoletano Polígono de San Cristóbal, con una que, como explica Javier Gómez Salamanca,  director general de la compañía, “supuso un punto de inflexión en la trayectoria de Comercial Ulsa puesto que nos permitió triplicar facturación y plantilla, además de crecer en estructura. Fue un verdadero paso de gigante para nuestra empresa”.

Ahora, en 2020 y en plena pandemia del Covid19, Comercial Ulsa afronta su segunda mayor apuesta con la construcción de dos naves que le permitirá contar con un nuevo almacén con capacidad para 1.000 pallets, un nuevo taller de impresión y bordado para la personalización de prendas e impresión de todo tipo de productos y soportes, un área de formación para más de 50 personas, un showroom para trabajos y soluciones en altura, y la posibilidad de crear un centro especial de empleo donde incorporar a personal con discapacidad, así como plantear el establecer algún proceso de fabricación de equipos de protección individual.

Este proyecto se traducirá a corto plazo en un crecimiento de dos dígitos, “ya que con la actual estructura no podíamos crecer por falta de espacio, medios y capacidad. Contar con un nuevo taller de impresión y bordado, un nuevo área de formación para clientes y personal nos permitirá tener esa capacidad de crecimiento”. En cuanto al empleo, la empresa incremenará un 20% su plantilla con la puesta en marcha de las nuevas instalaciones, hasta alcanzar los 40 trabajadores.

¿Cuáles son los retos planteados con esta inversión? Así lo explica Javier Gómez Salamanca: “Aumentar la capacidad de almacenaje y por lo tanto ofrecer un mejor servicio y optimizar las condiciones de compra. También fortalecer nuestra nueva línea de negocio de instalación de líneas de vida y soluciones para trabajos en altura. Incrementar nuestra presencia en el mercado en lo referido a rotulación, bordados, serigrafía y señalización. Ofrecer formación y asesoramiento a nuestros clientes y equipo con los nuevos medios y salas con las que contaremos. En definitiva, nuestro objetivo es ganar liderazgo, cuota de mercado y capacidad en nuestro sector”. El ejecutivo enfatiza que con esta ampliación de Comercial Ulsa, Castilla y León contará con el mayor centro de distribución de equipos de protección y ropa laboral del norte de España.

Como detalla el empresario, el taller de impresión y bordado complementa la distribución y venta de ropa laboral, “nos ayuda a dar un servicio global integral, además de imprimir y bordar prendas en el taller, los nuevos equipos nos permitirán imprimir cualquier soporte como señalización, lonas, vinilos, vehículos o escaparates. La línea de negocio denominada Systems and Integration Safety (SIS) es una solución a las necesidades que muchos clientes nos plantean para trabajos en cubiertas, torres eólicas, marquesinas y cualquier actividad n la que exista riesgo de caída”, detalla Gómez Salamanca.

Uno de los puntos en los que el director general de Comercial Ulsa hace especial hincapié al detallar este proyecto es que el 100% de la inversión “se realiza con empresas de Castilla y León, desde el proyecto de ingeniería realizado por Arbor; la construcción, el prefabricado, la cubierta o la climatización. Comercial Ulsa tiene claro dar valor a las empresas de nuestro territorio porque realmente lo hacen bien y porque ahora más que nunca es fundamental apoyarnos entre todos”.

El Covid 19 ha tenido un impacto importante en la actividad de comercio al menor de la compañía, ya que ha tenido su tienda cerrada al público durante varios meses; mientras que en el comercio mayorista hemos tenido mucho trabajo puesto que el mercado demandaba los productos en los que precisamente estamos especializados como son los EPI (mascarillas, guantes, gafas o buzos de protección química y biológica). Toda la industria de nuestra región y sectores como el sanitario, limpieza y cuerpos de seguridad nos han demandado todos estos equipos, necesarios para protegerse frente al Covid 19, así como las referencias de desinfección, como virucidas, mochilas pulverizadoras o sprays; y jabones hidroalcohólicos para limpieza de manos.

Gómez Salamanca se muestra más optimista al analizar la recuperación de esta nueva crisis a nivel regional que nacional, “puesto que Castilla y León depende mucho del sector alimentario y es aquí donde no vamos a sufrir tanto. Si bien también nuestra comunidad autónoma tiene una importante dependencia del sector automoción, que puede ser más crítico. Sin embargo, a nivel nacional el PIB depende mucho más del turismo, que probablemente sea uno de los que más ha sufrido y sufrirá esta crisis. Nos va a costar superar esta coyuntura, pero seguro 

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