PANTER VITA ECO
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Fue nuestro primer contacto con Darth Vader, Han Solo, Luk Skywalker, y tantos otros míticos personajes. Aprendimos aquella frase ya legendaria, “que la Fuerza te acompañe”. Supimos de la existencia de los Caballeros Jedi. Sus protagonistas fueron: Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher, Peter Cushing, Alec Guinness, Anthony Daniels, Kenny Baker, Peter Mayhew y David Prowse.

Hoy he seleccionado una de las películas míticas del cine de todos los tiempos. La primera de una gran saga, que posiblemente marcó un antes y un después en la forma de hacer el cine. Es una de las mejores de todos los tiempos, con grandes actores que más tarde han sido mitos de Hollywood Estamos hablando de Star Wars: Episodio IV-Una nueva esperanza de 1977, la primera de George Lucas; aquí la conocimos como La guerra de las galaxias.

Fue nuestro primer contacto con Darth Vader, Han Solo, Luk Skywalker, y tantos otros míticos personajes. Aprendimos aquella frase ya legendaria, “que la Fuerza te acompañe”. Supimos de la existencia de los Caballeros Jedi. Sus protagonistas fueron: Mark Hamill, Harrison Ford, Carrie Fisher, Peter Cushing, Alec Guinness, Anthony Daniels, Kenny Baker, Peter Mayhew y David Prowse.

Por si alguien aún no lo ha visto, cosa difícil, os contaré un poco su argumento.  El opresor Imperio Galáctico quiere aniquilar a los disidentes de la Alianza Rebelde, quienes quieren a toda costa destruir la poderosa Estrella de Muerte, una nave de un nivel increíble, Para lo que, sin quererlo, el joven Luke Skywalker se convierte en repentino héroe, tras ser instruido como caballero Jedi por Obi-Wan. En esta locura de misión conocen a Han Solo, un mercenario que hace todo por y para ganar dinero, pagar sus deudas y creer que con ello todo es bueno.

La historia cuenta con una princesa a la que liberar, con un sinfín de diferentes criaturas de diferentes galaxias que van a ayudar a que se logre el propósito de acabar con dicha Arma Letal, que puede destruir planetas y civilizaciones de un solo plumazo. El final, como casi todo el mundo sabe, es que se salen con la suya y la Estrella de la Muerte es destruida, pero el Malvado Darth Vader huye.

Como siempre la pregunta: ¿qué tiene que ver esto con nosotros?

Pues es muy sencillo, ¿no os suena? Un Imperio Galáctico que intenta destruir a pequeña resistencia. ¿Si le cambiamos el nombre y le llamamos AXXXXX, no os cuadraría un poco más? Ese gigante increíble, que quiere acabar con la pequeña resistencia de los miles de ferreterías que hay en los diferentes universos sobre los que quieres expandir sus tripas, sus dominios, su influencia. Por medio de sus camiones, furgonetas, llega a todos los rincones de la galaxia, con sus miles de ofertas, de promociones, ahoga a las pequeñas fuerzas que no saben cómo luchar contra ese gigante. No van de blanco como las tropas imperiales, pero su color y logo azul llenan nuestras calles con sus furgonetas, con los cientos de cajas que vemos tiradas por las calles y papeleras.

No usan láser de color, no llevan capa, pero su fuerza es mil veces superior a la de un carguero espacial. Llenan el universo con las pequeñas tiendas de la calle en la que vivimos, llevan sus productos a nuestras oficinas, a nuestros puestos de gasolineras y correos. Su invasión es total. No hay un solo punto de los planetas diversos que no haya sido conquistado. La cuestión es qué están haciendo esas fuerzas disidentes y rebeldes. Se están uniendo para que sus naves puedan llegar a tener una sola posibilidad de conseguir con éxito la misión de unir sus planetas y derribar al opresor.

Son de universos distintos, de planetas dispares. Pero no podemos olvidar la escena legendaria del bar donde hay criaturas de todos los colores y formas. Su relación es tensa, pero a la vez saben que ha de ser así por tener un solo enemigo común. Incluso no quieren a un hombre normal por tener apariencia extraña.

Este gran mosaico de ferreterías, donde cada una perteneciente a un color diferente, a un planeta distinto, no quieren entender que su enemigo no son el otro ser de un color poco corriente, por pertenecer a otra constelación. No amiga, pero tampoco enemiga.

No quieren saber que la unión hace la fuerza del pequeño contra el gigante. No desean conocer a quienes pueden ayudarle. Prefieren odiarle, centrar sus frustraciones sobre ellos, equivocando sus pocas fuerzas, dejando que el Impero de la Fuerza Oscura sea cada vez más grande.

No saben encontrar a un Han Solo que los lleve a buen puerto, aunque sea por unas monedas. No saben de dónde sacar a un Luke Skywalker que una el sector. No saben, o no quieren unirse en Asociaciones Globales que los represente frente al yugo opresor. Algunos deciden mirar hacia otro lado, no por nada personal, sino por no chocar con el caballero de la capa Negra y Casco.

Ni tampoco saben ver que hay habitantes del desierto que se venden al mejor postor, como fabricantes que prefieren venderle todo al Imperio a precios de derribo, por pánico a quedar fuera de su protección, aunque luego vendan los restos de sus productos a los pobres propietarios de esas humildes tiendas que forman el universo de los disidentes.

Esos fabricantes que quieren toda la tarta, la buena, la mejor, la que lleva todo el chocolate, la que sabe bien. No se paran a pensar el futuro que nos puede quedar si al final el Imperio de la Fuerza en su Lado Oscuro lo controla todo. Muchos ya no seremos necesarios y seremos destruidos como el planeta de la princesa, sin apenas pestañear.

No hemos de amar al otro de un color y aspecto diferente, pero sí buscar con él las alianzas y los puntos comunes. Así como si los consumidores quieren un país con industria, con valor añadido, con tejido empresarial en las calles, en los fabricantes. Debemos luchar por la calidad del servicio, por el saber hacer de quienes nos han dado su apoyo todos estos años.

No podemos parar la evolución de las cosas, no podemos negar el progreso. Pero podemos saber qué futuro queremos para nuestros hijos, para nuestros nietos.

Estar sometidos por un Imperio del Lado Oscuro o tener tiendas que nos den los buenos días con sonrisas. ¿Debemos premiar a aquellos que son siervos de las tropas imperiales, vendiendo a cualquier precio y cualquier forma? ¿O bien ser leales a los que luchan con su espada de la luz, contra los láser de los soldados de blanco?

No nos vendrá a rescatar el Halcón Milenario en el último fotograma. No hay una fuerza de carácter inexplicable que nos libere de la opresión. Solo nos va a salvar la cordura, el entendimiento, la unión.

Que la fuerza te acompañe y que te haga ganar esta batalla interestelar.

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