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Será necesario tener un terreno firme para que se mantenga la estabilidad de la estructura y el uso de herramientas como lasur o esmaltes de exterior ayudarán al mantenimiento de los materiales utilizados.

El almacenaje es un elemento clave a la hora de aprovechar el espacio del jardín. Las casetas pueden ser una forma práctica, además de estética, de tener todo lo que se necesita bien organizado: las herramientas propias del jardín, un lugar donde guardar la decoración exterior hasta la próxima temporada hasta incluso crear un espacio extra del hogar donde, por ejemplo, tener un taller de bricolaje o una zona tranquila de teletrabajo. 

Lo primero será elegir qué tipo de caseta queremos para nuestro jardín, según nuestros gustos y necesidades: 

Casetas de madera: son muy decorativas y resistentes. Se pueden montar a base de paneles preensamblados o con tablones machihembrados. Este tipo de casetas son más estables y proporcionan un mejor aislamiento. 

Casetas de resina: son las más sencillas de instalar, ya que las paredes suelen estar preinstaladas y no necesitan mantenimiento. Son resistentes a la salinidad y a los rayos UV. Normalmente incorporan suelo.

Casetas de metal: a pesar del material, mantienen acabados decorativos. Las piezas metálicas se ensamblan con tornillería específica para metal. Algunos modelos llevan suelo interior.

Una vez que hemos decidido el tipo de caseta que queremos, pasamos a la parte de la instalación. Será necesario tener un terreno firme para que se mantenga la estabilidad de la estructura. También hay que tener en cuenta aspectos como la orientación, dónde vamos a situar la caseta y si está protegida de las inconveniencias del tiempo. El uso de herramientas como lasur o esmaltes de exterior ayudarán al mantenimiento de los materiales utilizados.

Estos son los pasos de Leroy Merlin para instalar tu caseta

1.Tratamiento de las piezas. Asegurar su durabilidad y mantenimiento. A ser posible, lijar el material para un acabado más pulido. Después, pasar un tratamiento de fondo con una brocha o rodillo. Dejar secar durante 24 horas y aplicar una segunda mano.

 2. Montar la estructura. Colocar las primeras piezas de la base, comprobando que la instalación queda a escuadra. Hacerlo con cada fila. Se debe encajar en cada fila los tablones pequeños de los laterales de las ventanas. Ajustar con la ayuda de una maza para que queden igualados los laterales. Por último, habrá que encajar los frontones delanteros y traseros.

3. Instalar la cubierta. Se empieza con la viga central, encajándola y golpeándola para dejarla enrasada. Después, seguir encajando todas las vigas restantes. Si la caseta tiene piezas de adorno, también habrá que fijarlas. 

4. Para el acabado fijaremos los montantes del marco de la puerta atornillándolos con tirafondos desde la parte interior de la caseta. Habrá que atornillarlos en los dos tablones bajeros y en el tablón superior del marco. Marcar la posición de los tres pernios en los montantes para cada una de las hojas. Sujetarlos con unos tirafondos. 

5. Fijar y estabilizar la caseta. Lo puedes hacer con escuadras metálicas. Tras esto, colocar el perno y comprobar que el listón queda nivelado. El listón de refuerzo tiene un orificio ovalado en la parte superior. En el centro se debe colocar otro perno y ajustar con la mano. 
 

 

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