El cuidado del medioambiente, la instalación sencilla o la seguridad ante la presencia de niños son algunas ventajas que tener en cuenta a la hora de escoger el tipo de estufa de cara al invierno.

BigMat ofrece una amplia variedad de estufas que se adaptan a la necesidad de cada usuario. Entre las opciones para mantener el calor en los hogares, destacan las estufas de bioetanol y las eléctricas, teniendo cada una ventajas como la reducción de la contaminación o la seguridad ante la presencia de niños.

Estufas de bioetanol

Por un lado, estas estufas se caracterizan por funcionar a base de bioetanol, el cuales un tipo de alcohol extraído del procesamiento de diversos materiales de origen renovable. Está considerado un combustible no contaminante ya que de su combustión salen vapor de agua y CO2 en una proporción parecida a la que existe en la atmósfera terrestre.

Las estufas de bioetanol son cada vez más populares, porque además de ser ecológicas constituyen un bonito elemento de decoración y son más fáciles de instalar y limpiar que las chimeneas de leña convencionales ya que no generan cenizas ni residuos. Además, al no necesitar una salida de aire, la instalación es muy sencilla y no requiere de ningún tipo de obra.

Estufas eléctricas

Estas estufas no producen contaminación intradomiciliaria, son móviles y su fuente de energía está a la mano en todo hogar, además de resultar bastante seguras ante la presencia de niños. Asimismo, son las que más novedades tecnológicas han ido incorporando últimamente, como termostato, control remoto, ventilador, encendido electrónico e incluso aplicaciones para el smartphone.

Su poder térmico es menor al del resto de las alternativas de calefacción, y por ello se recomienda su uso para espacios reducidos como salas, oficinas o dormitorios. Es importante tener presente que no se debe usar varias a la vez, porque se puede producir una sobrecarga en la instalación eléctrica de la vivienda y se ocupa mucha energía.

¿Estufas eléctricas o estufas bioetanol?

Por su parte, las estufas eléctricas también cuentan con una serie de ventajas que destacan frente a las estufas bioetanol, como es el caso de un menor coste de consumo. Además, pueden usarse tanto de manera decorativa como de calefacción.

Si bien es cierto que ambas alternativas son 100% seguras, las estufas eléctricas no necesitan de combustible, ahorrando ese proceso a los usuarios. Tampoco generar ningún tipo de olor y no necesitan ventilación.

No obstante, son más difíciles de mover que las estufas bioetanol. Por ello, en caso de no disponer de las suficientes redes eléctricas, puede llegar a ser complicado instalarlas en un sitio. Por otro lado, al contemplar unas llamas verdaderas, la combustión de bioetanol produce un encanto especial al hogar.

Desde BigMat, concluyen que “cada alternativa tiene sus pros y sus contras. Pero de lo que estamos seguros es que ambas opciones son ideales para pasar este invierno y otros muchos bien calentitos”.