PANTER VITA ECO
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El mentalista corporativo abrió la ronda de ponencias en el 7º Congreso de Cadena 88 ganándose al público en escasos minutos.

Un invitado atípico fue el encargado de ofrecer la ponencia inaugural del 7º Congreso ExpoCadena, celebrado el pasado 23 de febrero en Sevilla. Hablamos del mentalista corporativo Javier Luxor, tres veces campeón de España y galardonado como el mejor mentalista de Europa e Iberoamérica, quien sorprendió con una presentación emotiva, original y participativa.

Luxor, con una larga trayectoria a sus espaldas dirigiendo equipos de trabajo en Marketing y Ventas, invitó a los ferreteros a no creer en imposibles y entender cómo funciona nuestra mente para, a partir de allí, crear el futuro. La capacidad de generar realidades e influir en el comportamiento de los demás con nuestros pensamientos y actitudes se manifestó a través de una serie de ejercicios realizados con algunos de los asistentes, destinados a hacer comprender al público hasta qué punto podemos ser predecibles simplemente por nuestra forma de pensar, y cómo muchas veces apoyamos nuestras decisiones más importantes en pensamientos automáticos y creencias erróneas, dejándonos limitar por ellos.

Así, en un primer ejercicio, Luxor “adivinó” todas las veces el número de dado elegido por Marcelino, un ferretero que se subió voluntariamente al escenario para participar. Según Luxor, si bien no todos hubiéramos pensado en los mismos números, si lo hacemos con un patrón, ya que “pensamos en base a nuestras decisiones previas, a los pensamientos que están dando vueltas en nuestra mente”. O dicho de otra manera, “nuestros pensamientos pasados nos convierten en lo que somos hoy”. Por lo tanto, una pregunta clave de su presentación fue “¿cómo gestionamos nuestro pensamientos para convertirnos en la persona –el ferretero– que queremos ser?”.

¿Pensáis que sois buenos comunicadores?

El siguiente ejercicio estuvo destinado a demostrar cómo, en el total de la comunicación, el mensaje propiamente tal es sólo un 7%, mientras que el tono de voz representa un 35% y el lenguaje no verbal entre un 55 y un 58%. Pese a ello, “muchas veces pensamos que la comunicación es lo que decimos con la boca”, advirtió Luxor, quien invitó a los asistentes a levantar los índices, a la vez que hacía un gesto con los pulgares elevados. Todos le siguieron.

“La comunicación no verbal es mucho más potente que las mismas palabras que estáis diciendo en este momento –continuó el mentalista–. Esto nos permite adivinar cosas tan curiosas como saber cuándo alguien miente”.

Para demostrar esta premisa, Luxor llamó a cinco personas al escenario, les pidió que hicieran un dibujo y posteriormente, adivinó sin asomo de duda el autor de cada “obra” pese a haber pedido previamente a sus invitados que negaran su autoría al ser preguntados al respecto. “El modo sincero es el modo natural de la mente humana”, recordó, animando a los asistentes a “pensar no desde nosotros, sino en lo que está pensando la otra persona”. Acá resulta fundamental la intuición (“inteligencia intuitiva” la llamó), elemento infaltable en cualquier negocio. “La inteligencia racional es fundamental, pero la emocional es la que define, decide, la que inclina las cosas a favor o en contra”, continuó. “En la mente subconsciente guardamos la información aprendida en el tiempo, nuestras experiencias, éxitos y fracasos. Y esa información viene cargada de emoción y contenido. Por eso la intuición a veces nos da miedo”.

En un cuarto ejercicio, destinado más a ver cómo podemos influir en el pensamiento del otro que a dilucidar dicho pensamiento, otras cinco personas del público tuvieron que adivinar en varias ocasiones si el ponente tenía en la mano una moneda de 50 céntimos o de dos euros. Sólo uno de ellos, Roque, acertó en todas las ocasiones… el mismo que Luxor había apuntado previamente en un papel como el único que sería capaz de hacerlo.

Pese a contar con un público a estas alturas absolutamente entregado y sorprendido, Luxor insistió en su idea con otro ejercicio. “¿Es posible guiar la mente de una persona para que haga lo que uno quiere?”, volvió a preguntar, para pasar a ejemplificar la importancia de la persuasión (que se diferencia de la manipulación por su componente ético) con un ejercicio en el que llevó paso a paso a su voluntaria, Andrea, “a tomar una decisión que a mí me interesa”. Para Javier Luxor la persuasión es un arma muy poderosa porque “toca las partes más emocionales de las personas utilizando las palabras de una forma distinta”. De esta manera, Andrea tuvo que elegir una palabra al azar, de una página al azar (entre más de 500), del Código Da Vinci… palabra que, ¡cómo no!, ya había sido anticipada y escrita en un papel por el mentalista.

Ahora bien, Luxor advirtió que la única forma correcta de utilizar la persuasión es para generar confianza en los demás, es decir “que el mensaje llegue también a un nivel subconsciente. Esto es persuadir realmente”. Por otra parte, explicó que “lo más difícil en la mente no es incluir ideas nuevas, es deshacernos de las viejas, las que ya no sirven, porque son gustosas y ya las conocemos y queremos”. “Sobre una misma cosa –prosiguió-, existen distintos puntos de vista. Si somos capaces de ver estos distintos puntos de vista seremos capaces de cambiar e innovar”.

Para Luxor una persona innovadora es aquella que tiene “una actitud constante de buscar nuevas y mejoras maneras de hacer las cosas”. Es decir, que las claves son la mejora y la novedad. Por eso resulta tan importante poner atención a nuestra forma de pensar y huir de los pensamientos automáticos.

Finalmente, el mentalista realizó un ejercicio con Juana, a quien invitó a pensar en un número mayor de 22 y escribirlo en un papel. Una vez elegido, dibujó una cuadrícula con distintos números y, ante la afirmación de su voluntaria de que el número no estaba allí, comenzó a sumar cuadrados en todas las direcciones posibles (hacia los lados, hacia arriba y abajo, en diagonal…), sumando en todos los casos 23, el número pensado. Fue entonces cuando Luxor recordó que “muchas veces buscamos las cosas de la forma más inmediata, y por eso no las encontramos”, invitando a todo su público a “pensar de formas alternativas. Sólo así seremos capaces de ver cosas que antes no veíamos”, finalizó.

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