PANTER VITA ECO
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Como en la película de Stanley Kramer de 1967, ‘Adivina quién viene a cenar esta noche’, protagonizada por Spencer Tracy, Sidney Poitier, Katherine Hepburn y Katherine Houghton. toda una revolución en esos años, el reparto era increíble, unas verdaderas estrellas de la pantalla, pues en muchas ocasiones el pobre ferretero tiene esa sensación de no saber quién le va a venir a visitar, si se le va a quedar la cara del gran spencer tracy.

No nos engañemos, por mucho que nos podamos quejar desde el lado de las ventas, el profesional de ferretería ha de soportar a una muy variada fauna de todo tipo, de todas las formas y de alguna que otra vez de no grata sorpresa.

Vamos aquí a poder describir con ciertos detalles algunos de los tipos que visitan en nuestro sector.
‘Está tu jefe o vuelvo luego’, este es un clásico. Si no está el jefe al final se va, desde el bar de la esquina lo llama a la hora que cree que está y listo le pasa las cuatro cosas, no se está para perder el tiempo con cuatro tonterías.

‘El sordo’, es aquel vendedor de un único canal, que no escucha nunca, que siempre repite su canción, con su única letra, que no sabe argumentar nada más que lo que aprendió en un curso de formación. Parece una centralita inteligente de telefonía, con un único modo de poder presionar para hacer el pedido. Que cuando el pobre ferretero le dice lo que necesita o piensa, si no es una opción procesable en su disco duro ya prediseñado anteriormente, ni le hace caso. Vamos, un modo avión total, no es lo ideal.
‘El cómprame algo por favor’, aquel pobre diablo que lleva dos años visitando al cliente, para venderle algo. Aquel que si no, su jefe le mata, que sea lo que sea, pero necesita abrirlo como ficha de cliente y al final el pobre hombre le compra algo que no quiere, no necesita y sobre todo que no venderá. Prueba conseguida.

‘El no sé’, aquel robot de venta, que no sabe el precio de aquel producto especial, que no sabe lo que hay de promoción, que se lo dejo en la oficina. ¿Pero te pongo lo de siempre, no? es lo máximo que puede saber el individuo.

Todos ellos no aportan nada, no tienen valor añadido a la tienda, al negocio. El profesional que esta de cara al público, todos estos y algunos más, no les necesita, no los quiere, no son parte necesario de su establecimiento y su apuesta por el valor añadido.

Su vendedor ideal, es aquel que aporta valor añadido, el que sabe del sector, aquel del que recibe servicio y consejo. Mediante información de datos precisos del sector y de los productos. Con mensajes y datos claros, en el mismo lenguaje que él sabe entender. Aquel del que recibe ayuda en su tienda, con sus lineales y productos, para poder reponer y mantener al dia su oferta al público. Esa especie de asesor personal que sea el máximo responsable de cada compañía en ese momento, porque no hay nada más importante para esa firma, que ese cliente. Es un cortejo, una relación especial, que sino se hace bien pierde toda la magia, todo el buen saber hacer.

Eso es lo que el real profesional necesita en sus visitas, no llevarse cientos de sorpresas desagradables, debe y quiere llenar su tiempo de cosas e información útil. Por desgracia hay mucho más de lo malo que de lo bueno, mucho vendedor de humo y poco gestor del punto del venta, una pena, y así nos va.

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