PANTER VITA ECO
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Somos empresas dedicadas a las ventas y servicios. Hemos de saber cuándo hay que ser parte de la ola que suma, no de la roca que retiene.

El bueno, el feo y el malo es una película de spaghetti western de 1966. Fue dirigida por Sergio Leone, y contó con la actuación de Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach. Una película que tiene mucho a ver con lo que nos encontramos en muchas empresas. Y es que en algunas ocasiones pasamos por situaciones muy extrañas, en las que no sabemos cómo luchar contra el inmovilismo en las empresas. Una pregunta que muchos profesionales nos hacemos cada día. Son situaciones en donde no sabemos quién es el bueno, quien es el malo, quién es el feo. En muchas ocasiones es una cuestión que no se sabes cómo contestar.

No somos aquella ventanilla que abre de 7 a 15 h. Somos empresas dedicadas a la ventas y servicios. Hemos de saber cuándo hay que ser parte de la ola que suma, no de la roca que retiene. ¿Somos los que sumamos o restamos?, esta es una gran pregunta, que muchos ni siquiera se quieren plantear. Están tan ocupados con no perder sus mega derechos, con sus mega privilegios, con que si siempre ha sido así, ¿porque hemos de cambiar nada?

Todos los que quieren salir de ese pozo, son el bueno que lucha contra todos los feos y malos, y contra los indios de tantas películas del western. La base de la pirámide desde su vértice superior es la responsable por no trazar un plan claro, por no poner en común, por no implicar a todos los responsables, para que estos lo trasladen a todos los miembros de la organización.

Es en ese momento donde si no se hacen las cosas bien, el bueno puede pasar a ser un feo en poco tiempo. Ante esta situación no sabemos cómo comportarnos, como luchar el día a día. Es algo que nos puede bloquear, dejar sin fuerzas, sin argumentos externos e internos. Es una lucha que desgasta, porque alienas a un equipo en ese sentido mientras el resto del mundo que os rodea va en sentido contrario, o bien simplemente a contrapié.

Son demasiados duelos sin red bajo el sol, un sol abrasador, en cientos de establos traseros de ese western inacabable. No hay un antídoto para este mal, no hay una medicina clara que pueda dar una luz entre tanta oscuridad. Pese a que busquemos ese rayo luz entre tanta oscuridad, entre tanta tiniebla y falta de voluntad de cambiar, de superarse.

No es cuestión de tener el revolver más rápido, ni cabalgar más sobre ese caballo que siempre acude a nuestro silbido. No hay recetas mágicas, simplemente intentar que desde la parte dirigente de la empresa se sepa y se quiera poder hacer partícipes a todos los miembros de la empresa.

Esta es una esperanza que no debe perder, de lo contrario el veredicto es claro, la mediocridad, el no evolucionar, el quedarse en la empresa de funcionario es el futuro más cercano e inmediato que le queda a este proyecto.

El resultado es muy simple, los buenos, sin medios, sin recursos, se convierten en feos primero, para luego ser el único malo de la organización. Mientras todos los malos y feos, siguen siendo los buenos, para ser cada día más y más buenos.

La historia no cambiará nunca, solo a peor, porque el sol de mediodía de fuera cada vez es más abrasador. Porque la verdad está ahí fuera, sin más red que la verdad de la venta.

Por desgracia hay muchos buenos que en esta película no salen victoriosos, la verdad del día a día hace que los malos y los feos sean más numerosos, para acabar ganado la batalla de esta película...

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