Los expertos recomiendan apostar por grifos monomando, instalar aireadores de grifo o utilizar cisternas de doble pulsador.

Con motivo del Día Mundial del Agua, los expertos de HomeServe ofrecen algunos consejos para ahorrar agua en casa. La primavera se presenta con una importante sequía, y el consumo en 2019 fue de 132 litros por habitante y día, según el Instituto Nacional de Estadística, lo que hace que cada vez sea más importante concienciar sobre el cuidado de este bien natural.

Los expertos de HomeServe recuerdan que una ducha de 5 minutos consume unos 100 litros de agua, mientras que la cantidad si se trata de un baño puede ascender a los 300 litros. Además, una carga del lavavajillas gasta entre 20 y 40 litros, un ciclo de la lavadora entre 20 y 80, lavar los platos a mano 23 litros y mantener el grifo abierto durante el lavado de dientes, puede llegar a los 18 litros.

Por ello, entre las practicas que pueden ayudar a reducir el consumo de agua, los expertos recomiendan apostar por grifos monomando, que se controlan por medio de una única llave y que eliminan así la posibilidad de goteo una vez se cierran. Además, estos dispositivos ofrecen la facilidad de que pueden regular de forma sencilla la temperatura del agua.

En este sentido, los expertos también recomiendan la instalación de aireadores para grifos para reducir el caudal de salida del agua y conseguir un ahorro del consumo de hasta el 35% del total de la vivienda. Otro tipo de dispositivos que pueden ayudarnos a ahorrar agua son los grifos electrónicos, que evitan el despilfarro de caudal pues evitan la salida del agua hasta que esta alcanza los 35 ºC.

Además de controlar el caudal del agua en los grifos, podemos controlar el despilfarro de agua en otras estancias. Así, con las cisternas de doble pulsador en el baño, podemos ahorrar hasta 4.000 litros de agua al año, pues nos permiten elegir si queremos que se descargue en cada uso en su totalidad, o solo parte de ella.

Por último, desde HomeServe recomiendan revisar los electrodomésticos y sustituirlos por modelos más eficientes que garanticen un ahorro considerable en el gasto de agua y, en muchos casos, también de luz.