PANTER VITA ECO
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Algunas películas son un elemento de culto, como la primera versión de este filme realizada en 1969 para todos aquellos amantes del buen cine y para los conductores del mítico Mini. Hablamos de ‘The Italian Job’. Es una obra de 2003 con un gran reparto: Mark Wahlberg, Jason Statham, Charlize Theron, Edward Norton, Seth Green, Mos Def y Donald Sutherland.

La historia narra el último intento de robo de John Bridger con su banda para robar en Venecia a un grupo de la mafia con una caja fuerte repleta de oro. Todo sale muy bien, demasiado bien. Pero en su camino de fuga, uno de los miembros del equipo los traiciona y les roba el oro. Luchan y mata a Bridger, así como da por muertos al resto del equipo, que caen en una furgoneta a un río helado.

Un año más tarde, el resto de la banda quiere vengarse y reclutan a la hija de Bridger. Steve, quien los traiciono, ahora vive en una casa equipada con todo lo mejor, con parte del oro robado en su caja fuerte. Idean un ingenioso plan para poder robarle y escaparse en unos coches adaptados. Tras algunos problemas consiguen poder hacerse con la caja fuerte que lleva el oro que les robaron.

Es como un concierto con una orquesta bien coordinada, que suena genial, que puede dar las notas adecuadas. Los coches van todos en una gran armonía, forman parte de un gran conjunto, de un equipo que sabe lo que ha de hacer cada uno en cada momento. Como debería ser un establecimiento. No tiene sentido que entres en una tienda y que cada empleado te atienda de una forma diferente. Unos que bajan al mostrador a preguntar, otros que en ese pasillo no es, que a lo mejor será el de más allá. Eso es desesperante, es crear una oportunidad de negocio que se rompe en mil pedazos, con lo que el consumidor no solo no comprará, sino que no volverá a no ser bien atendido.

Toda la banda debe estar coordinada, bien asistida, con los medios adecuados para llevar a buen puerto el trabajo. Cuando cae toda la caja fuerte, tres pisos abajo, es porque hay una buena ejecución del plan que se trazó. Incluso cuando son sorprendidos en su primer intento de acercarse a Steve, fracasan. Pero tienen claro sus objetivos, sus medios y como han de hacerlo.

Por desgracia, en muchas tiendas esto no lo vemos. No sabemos quiénes atienden, quiénes son los que nos pueden ayudar a encontrar lo que queremos comprar. Estanterías sin precios, ofertas que no están claras, cabeceras que son malos almacenes de ofertas no vendidas. Esto en lugar de propuestas atractivas a nuestras posibles y futuras necesidades.

Se adapta el plan, se buscan alternativas creativas para que todo salga bien. Saben qué quieren y cómo lo quieren. Por qué no trasmitimos lo que queremos vender, y cómo venderlo. Que los productos que más nos beneficien sean los que más sencillo tengo el consumidor para ser comprados y encontrados.

Por qué no pensamos en nuestra tienda como consumidores exigentes y no como borregos mal informados. Debemos estar al día de lo último, de lo que se vende más, no caigamos ese tópico de “no nos lo han pedido nunca”. Cómo te lo van a pedir si es una novedad. O vas por delante, o vas el último. Tu coche lleva tanto peso, que no va a pasar de la primera bajada, se quedará bloqueado. Es un juego, como hace Steve con los furgones de la caja fuerte.

La creatividad tiene premio, resultarle atractivo a los consumidores es así, ser diferente marca la supervivencia. Un aparador siempre igual, lleno de polvo, sin precios, con los blísteres amarillentos.

Es una declaración de muy malas intenciones. No tengo tiempo para arreglar mi tienda, no quiero proponer nada diferente, no quiero invertir tiempo ni recursos en atraer al cliente. Nos quejamos de cierto sector de tiendas que venden presuntamente barato, cosa que no es real, pero que cuidan todos los detalles para seducir al consumidor, a sus necesidades, a que entre en sus establecimientos. A veces con simplemente copiar las ideas buenas es suficiente.

Solo hay que creer en uno mismo, en el negocio, al igual que lo hace la protagonista para poder abrir la caja fuerte sin otros medios que sus propios conocimientos.

Sabemos de esto, tenemos la experiencia adquirida en mil batallas diarias, las arrugas que el trato de muchas mañanas frías nos ha dejado huella en nuestro rostro. No seamos incapaces de no confiar en ello. Seamos audaces, como la banda a hacer caer el furgón en medio de la calle. Es un acto genial que nadie espera. Por ello, saquemos lo mejor de nosotros mismos. Una tienda con luz, cartelería, con precios en los productos, con ofertas claras, con zona de promociones, con una zona para probar productos.

Que el establecimiento tenga muestras de aquellas propuestas de gama que queramos destacar. Esa es una tienda diferente. Eso no lo dan todas, no lo ofrecen los negocios online. Quien quiera solo precio que lo compre en otro lado, aquí damos valor añadido. Aquí no solo despachamos, aquí atendemos necesidades y damos soluciones a proyectos de nuestros consumidores. Nuestros coches son los mejores, son distintos bien preparados y diferentes a todos los demás. Los demás, solo quieren abrir sus puertas sin importarles quienes entran ni lo que van a comprar.

Redacción: Bricolador Enmascarado.

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