PANTER VITA ECO
  • Facebook
  • Twitter
  • Google+
  • LinkedIn
  • Compartir:
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en LinkedIn

En ocasiones hasta los juegos para niños son peligrosos. Esto nos cuenta la divertida película ‘Jumanji’, un filme de 1995. Su director fue Joe Johnston y está protagonizada por un gran reparto: Robin Williams, Bonnie Hunt, Kirsten Dunst y Bradley Pierce.

La película narra la historia de un niño, hijo único de una familia adinerada que fabricaba zapatillas. Era solitario y tenía una relación muy complicada con su padre, un hombre muy exigente y severo.  La historia comienza un siglo antes, cuando dos niños entierran un cofre misterioso que contenía un juego que emitía un ruido muy especial de tambores.

Ya en 1969, Alan Parrish, un niño solitario de 12 años descubre algo extraño en las obras del edificio de la nueva fábrica de su padre. Se lleva el juego a casa, pero tiene una gran discusión con su padre, por lo que decide marcharse. En ese momento llega una amiga suya, por lo que deciden ponerse a jugar. Sin darse cuenta, el juego se apodera de la situación. En una jugada, Alan es abducido por mismo juego hasta que alguien consiga sacar un cinco u ocho. Su amiga, al ver esto, sale chillando de la casa, quedando Alan dentro del mágico juego.

Años después, una nueva familia ocupa la casa. Son dos hermanos que viven con su tía y tienen problemas por la muerte de sus padres. Se trata de Judy, de 12 años, y su hermano Peter, de 9. Un día no quieren ir al colegio y escuchan un ruido de tambores en la guardilla de la casa. Encuentran ese misterioso juego, lo abren y ven que hay dos fichas que ya juegan. Comienzan a jugar, pero de repente ven que pasan cosas muy extrañas. Salen animales reales, avispas, arañas. Tiran los dados, sale un cinco y de repente, Alan aparece. Ha vuelto desde la selva. Ya es un adulto. En un principio no quiere seguir jugando, pero han de acabar la partida. Saben que necesitan el cuarto jugador. Ha de ser su amiga de la infancia para que puedan acabarlo y que todo lo que ha pasado desaparezca, para que todos los animales vuelvan a su lugar. Para que la fábrica que cerró vuelva a funcionar y a dar trabajo a todo el pueblo. Su amiga no quiere volver a jugar, son muchos los recuerdos que le traen y no son buenos. Al final, juegan los cuatro y tras vivir muchas aventuras, consiguen finalizar el juego.

Todo vuelve a la normalidad, ellos van con su padre, la fábrica retoma su actividad… En una en una fiesta de Navidad conocen a los padres de Judy y Peter y les ofrecen trabajo para que no tengan ese accidente que les costo la vida. Todo acaba bien.

Es una historia con elementos mágicos, de sorpresas y de aventuras, en las que aparecen los animales más feroces y terribles que te puedas imaginar. Incluso un temible cazador que quiere matar a Alan.

Es como nuestra vida comercial de cada día. Nos asaltan nuestros más terribles miedos, nuestros temores más profundos, por lo que, en ocasiones, nos bloqueamos.

Ahí es cuando queremos captar un nuevo cliente, cuando estamos cerca de cerrar esa operación. Muchas veces tenemos miedo al fracaso, a tener éxito. Ese sentimiento de culpa, de no conseguir lo que queremos, es un sudor frio que recorre la espalda y nos hace sentirnos niños en medio de la selva. Sin protección, sin ayuda de nadie.

Cuando tiras tus dados, esperas sacar un doble para poder avanzar unas casillas muy deprisa, para que llegues pronto a la casilla de llegada. Quieres ir seguro, deprisa.

Cuando quieres vender, cuando quieres tener una buena venta, es porque lo que llevas dentro de tu cartera de trabajo, es una buena propuesta, es algo que es diferente a los demás. Escuchas esos tambores de guerra de la selva, sabes que tu presa está frente a ti, pero no se escapa, la tienes en tu mira del fusil. Has de saber que está cargado, que funciona bien. Es como tu oferta, cuando estás en ese mostrador, ese es tu momento. Es la selva, llamadas telefónicas, consumidores que entran pidiendo cosas y distrayendo a nuestro cliente. Hay mil cosas que pueden pasar, que las avispas asesinas salgan de repente. Todo puede pasar, pero solo depende de tu experiencia. Sabes que es tu experiencia, que tu saber hacer han de permitirte ganar ese cliente, ese pedido.

Has sacado doble, no lo olvides. Pero si además tienes otro cazador tras de ti, esperando que acabes pronto, que es amigo de tu cliente, que es más importante para él, no dudes, mírale a los ojos, es tu momento, saca tu boli, apunta, que es tuya ya la venta.

Porque solo tú puedes acabar la partida siendo el ganador para que los tambores de la selva sean los tuyos y no los de otros. Porque, como dice Alan, “Jumanji, Jumanji, Jumanji. El juego ya terminó y tú fuiste el vencedor”.

Redacción: Bricolador Enmascarado.

  • Compartir:
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en LinkedIn