PANTER VITA ECO
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A veces los monstruos son muy grandes, los temores también y no siempre puedes salir victorioso en todas las circunstancias, pero lo peor es volver al lugar de tus peores pesadillas: eso es lo que sucede en una de las secuelas de una gran serie de aventuras y ciencia ficción.

Nos referimos a Parque Jurásico III, una película estadounidense de 2001, con unos grandes protagonistas: Sam Neill, William H. Macy, Téa Leoni, Alessandro Nivola, Trevor Morgan y Michael Jeter.

Nos narra la historia en la isla Sorna, donde se encontraba el primer parque de dinosaurios del mundo. Que fue destruido por una tormenta y por los dinosaurios que allí habitaban. Un matrimonio, supuestamente ricos, convencen al Dr. Grant. Para que les acompañe en un viaje de placer a esta maldita isla para él. Pero le engañan, ni son ricos, ni es un viaje de recreo. Su hijo desapareció en esa isla hace unos meses y ellos han contratado a unos mercenarios para intentar liberarlo. El profesor accede a ir, por no tener otra alternativa para poder conseguir dinero para financiar sus proyectos de investigación.

Pero por desgracia, cuando descubre la realidad es demasiado tarde, ya esta en la isla, el avión ha aterrizado, pero para cuando quieren salir a toda prisa de allí, es muy tarde. Uno de los mercenarios muere, el avión se estrella y han de intentar luchar por su vida, mientras buscan al hijo de los supuestos millonarios. Es un sinfín de aventuras, de lucha por la supervivencia, en donde dan con el paradero del hijo perdido. Pero en ese camino de escape de la isla, mueren todos los mercenarios, y casi les cuesta la vida a todos los demás. Gracias a una llamada del profesor Grant, a una de sus colaboradores, pueden ser rescatados por tropas americanas. Es una trepidante aventura, contra la naturaleza, contra los grandes monstruos, contra esos gigantescos animales, pero por segunda vez, para el Dr. Grant, consigue salir con vida de esa isla.

Es una muestra de que por mucho que queramos podemos luchar contra nuestros grandes miedos, contra nuestros grandes retos, contra todo lo que no queremos afrontar.

Si porque a igual que el profesor no quiere ni oír hablar de esa maldita isla, para nada, y mucho menos volver a poner un pie en ese lugar. No solo por los animales que la habitan, sino por los duros recuerdos que le trae todo lo sucedido.

Pero sin quererlo él, se ve allí, en medio de todo el problema, sin poder tener una solución fácil.

A veces, nos encontramos en esa situación, cuantas veces no hemos tenido que ir a ver ese cliente, que por desgracia está en nuestra cartera, que no nos es especialmente simpático, que además es muy importante en esta zona, que necesitamos de sus pedidos, de su atención. Es este un escenario, que no siempre podemos controlar, que no siempre sabemos como va a salir, si es positivo o negativo, y si además viene nuestro jefe con nosotros, se puede complicar aún más.

Es una situación a la que no nos gusta enfrentarnos. Pero que, por desgracia, hemos de hacer porque es parte de nuestra labor. Pero hay algunos, que, por suerte para ellos, o eso creen, no las afrontan, solo van a donde les aceptan muy bien, dejando a un lado a las situaciones que no les son propicias, que no les gustan, que de esta forma solo vemos a quienes nos quieren mucho, Eso tiene una versión mala, nuestros productos ni tienen la distribución deseada, ni la que queremos para nuestras zonas, No vendemos en donde venden nuestra competencia, no vendemos el volumen que tendríamos que tener para estar a la altura de otras empresas. Pero nuestro comercial, no pasa por momentos incomodos o no deseados, siendo lo peor del caso, que en muchas veces no podemos hacer nada para mejorarlo, por tener un equipo externo del que no somos del todo ni dueños, ni responsables.

Pero la realidad de la venta, no es siempre la que queremos, la más agradable, la más benévola para nuestros intereses, porque la realidad es así, hay que trabajar cada día que sale el sol, para todos los clientes que tenemos, amigos, menos amigos, más simpáticos, menos simpáticos. Pero es lo que nos ha tocado vivir, contra dinosaurios, contra la naturaleza salvaje, porque si no, seguro que, en alguna pequeña batalla, algún ave gigante voladora nos llevará por los aires, sin posibilidad de regresar a la playa en donde nos esperan para liberarnos.

 

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