PANTER VITA ECO
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Si tus estanterías están medio vacías, sin precios, sin ofertas, sin encanto, puede que la poca luz que las ilumine en breve sea una fría oscuridad que no deje ver más allá de una tenue tiniebla. Un nuevo artículo de nuestro colaborador, esta vez sobre El ilusionista (2006) y la actualidad del sector.

Me gustaría lanzar una pequeña reflexión y que nos tomemos un tiempo para pensar. He decidido que El ilusionista sería una buena película para ello. Un film de 2006 con la dirección de Neil Burger y un buen reparto, Edward Norton, Paul Giamatti, Jessica Biel, Rufus Sewell y Eddie Marsan.

Nos cuenta la historia de un famoso mago llamado Eisenheim, en Viena, en 1889, en la gran Austria-Hungría. Nos narra su vida desde la niñez hasta que es arrestado por su espectáculo de nigromancia. Todo ello lo explicará el jefe de policía, Walter Uhi, que está a las órdenes del príncipe heredero Leopold.

Como desde niño se queda prendado de la magia, el protagonista conoce a Sophie, de quien se enamora. Después llega la separación forzosa de ella, que marcará toda su vida.

Viaja por todo el mundo aprendiendo los secretos de la magia para regresar 15 años después a Viena. Durante la representación de su espectáculo se reencuentra con Sophie, que es la prometida del despiadado príncipe Leopold. Este está preparando un golpe de estado contra su padre, además de ser un asesino y maltratador de mujeres. El protagonista y su enamorada urden un plan para poder escapar juntos y provocar la caída del príncipe.

En un nuevo espectáculo, crea una simulación con la que hace creer al público que puede invocar a espíritus muertos. Entre ellos su amada Sophie, que aparentemente, ha sido asesinada. Todo el mundo clama que ha sido el príncipe pese a que él no lo diga, es algo que se intuye. Pone pruebas falsas para que el jefe de policía finalmente acuse al príncipe que, viéndose atrapado, se suicida. Ellos dos se escapan para vivir alejados de todo en las montañas.

Finalmente, el jefe de policía se da cuenta de que todo ha sido un truco y lo han utilizado, pero que en el fondo se han librado de un tirano como futuro emperador.

En la historia hay muchos paralelismos con nuestro día a día. Tenemos que ilusionar, que encandilar al público, a nuestro público. Como dice el protagonista, “mi intención no era más que entretener, que ilusionar, que llamar su atención”. Nos dedicamos a esto, a vender, sea desde un lado o desde otro, es nuestra misión. Llamar la atención de nuestra audiencia, sea desde un lado u otro del mostrador. Si como fabricantes no creamos tendencias, no somos líderes de nuestra categoría, siendo los primeros en sacar cosas, en mostrar novedades, no llenaremos los teatros, no seremos del interés del público.

Si desde un mostrador no damos lo último, lo más novedoso, lo que el público desea ver, seremos una obra de teatro que durará poco en cartel. Tenemos la obligación de ir un poco más allá, de luchar contra ese poder absolutista establecido. ¿De qué vale ser un seguidor del mercado si no puedes imponer tu ley, tus nuevos trucos? No vas a llamar la atención de nadie. No serás aquel del que hablan para bien. Si no eres uno de estos, tus vendedores serán oscuros, tus clientes no tendrán ilusión por tus productos. Si eres previsible, eres invisible, prescindible, y posiblemente tras el último truco de magia, soso, como siempre, te desvanecerás como el humo.

Si tus estanterías estan medio vacías, sin precios, sin ofertas, sin encanto, puede que la poca luz que las ilumine en breve sea una fría oscuridad que no deje ver más allá de una tenue tiniebla.

Sal al mundo exterior como lo hizo el mago, estudia los mercados, cercanos, lejanos, observa cómo se mueve el mundo para aprender cómo hacer mejor el tuyo, para saber qué espera de ti tu público. Esos trucos de antaño ya no sirven. El escenario desea nuevos y más atrayentes trucos de buena magia, no de malas imitaciones. Debes sorprender, debes saber qué es realmente lo que esperan de ti, aunque ellos aún no lo sepan.

Un escaparate atrevido, diferente, una oferta de otra dimensión. Una atención diferente, todo aquello que haga que seas el líder y no uno más del montón.

Si no entiendes esto, si no eres capaz de verlo, mejor cerrar ese teatro. Inevitablemente el telón será quien, al caer, cierre tu obra para siempre. Haz lo que sea necesario para ser diferente e interesante. De lo contrario, es mejor buscar otra cosa, que esta función se acaba para muchos y pocos volverán a ser los mejores en el próximo curso.

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