Muchas veces algunas películas tienen secuelas, como la vida misma. Hoy hablamos de una obra mítica de acción militar que fue llevada a la pantalla por segunda vez, ‘Top Gun 2: Maverick’. Esta secuela del 2022, dirigida por Joseph Kosinsk, cuenta con un gran reparto: Tom Cruise, Miles Teller , Jon Hamm, Jennifer Connelly , Glen Powell , Mónica Barbaro,, Jay Ellis , Val Kilmer, Ed Harris, entre otros.

La película nos narra de nuevo la historia de la escuela naval para los pilotos de élite que todos conocen como “Top Gun”. Han pasado 36 años tras la primera entrega, en la que el protagonista, el capitán Pete Maverick, sigue volando como piloto de pruebas para nuevos prototipos. No ha querido ascender para poder seguir volando pese a llevar 33 años de servicio. En una de sus últimas pruebas desobedece una orden llevando al prototipo más allá del límite y provocando su destrucción. Esto le acarrea una buena reprimenda de sus superiores. Por otro lado, es reclamado por el alto mando para una misión muy especial, entrenar a un grupo de élite de pilotos, de nuevo, en la academia de Top Gun. Han de bombardear una instalación subterránea de enriquecimiento de uranio de una nación enemiga antes de que puedan producir armas nucleares. Está en un cañón de montañas muy bien protegido, de difícil acceso. Es una misión casi suicida.

El ataque ha de ser con los míticos F-18. Los pilotos por entrenar no aceptan la misión, principalmente el hijo de su difunto radio operador, que murió en un accidente cuando ambos eran cadetes de la escuela. Poco a poco gana su confianza. A la vez, él se reencuentra con Penny, antigua novia de su primera etapa en la academia. Por otro lado, su gran amigo Ice Man, que ahora es un alto mando de la marina, y su principal protector, muere de un cáncer.

Maverick finalmente demuestra que su plan es factible. Sus jefes deciden que sea el líder del grupo de ataque. Solo así tienen éxito pese a perder dos aviones. Cuando están a punto de ser capturados, roban un avión enemigo con el que consiguen huir gracias a la ayuda de los pilotos de reserva que se habían quedado en el portaaviones. Eso hace que Maverick pueda reconciliarse con el hijo de su amigo muerto, mostrándole que él le había salvado la vida en el combate unos momentos antes. Es una historia de superación, de cerrar cuentas pendientes, de mostrar que querer es poder.

Muchas veces vemos un proyecto de empresa en el que nos cuentan que si es o no es posible. Otras veces es un tema de vender un producto, o un servicio. Pero solo nos dicen “hazlo”. Pocas veces nos demuestran sobre el terreno que lo que nos dicen es cierto, que es posible. La verdad es que el ejemplo de una buena ejecución es cien veces mejor que cualquier manual, que sobre el papel lo soporta todo.

Muchas veces echamos en falta que se nos ayude en el campo de batalla, a pie de calle, por aquellos que diseñan estrategias, que creen saberlo todo desde su torre de control. Pero no es así, la diferencia en la batalla, en el aire, no son los aviones o la tecnología, es mucho más simple, son los pilotos. Vemos que, con aviones inferiores, sin tantos medios, pueden batir a otros con mucha tecnología. Es cuestión de pericia, de experiencia real basada en años de aprendizaje a pie de calle o en el aire en este caso. No todo se enseña en los manuales. En una escena Maverick les dice: “lo que aprendan en estos manuales no les va a servir para nada, no les va a salvar la vida en un combate”. Cierto. La calle te enseña cómo vender, cómo tratar a un cliente, a respetar leyes no escritas, a formas de tratar situaciones que no te va a formar nadie en ningún cursillo para salir airoso de batalla contra los cazas enemigos.

Sabemos que no sabemos nada, que lo damos todo por sentado. Pero cuando estás solo en el aire, contra el enemigo, de nada te vale lo que no te han enseñado las horas de vuelo, las horas de esperar en una tienda a ser atendido. Las horas de patear calles frías o calurosas. Las horas que te curten en experiencia mil veces valorada por ti y despreciada por tus altos mandos como inútiles o no productivas.

Cuando es cuestión de segundos, cuando tienes al cliente en tu visor para hacer el blanco de la venta, cualquier detalle lo puede hacer perder, una llamada, un cliente que entra para pedir cualquier tontería… Estás solo en ese mostrador, rodeado de misiles que te atacan por todas partes. Solo puedes concentrar un único tiro de tu misil para hacer un blanco. No tienes un avión que en tu cola te de escolta. Solo lo que has aprendido, lo que sabes de tus productos, de tu buen hacer puede llevarte al éxito de tu misión. La diferencia está en el piloto, no solo en el avión.

Toda la competencia puede llevar mejores aviones, mejores equipos, pero a veces en las distancias cortas pueden lograr llevar al cliente a tu terreno. Esta es la gran aventura de la venta, donde los años de servicio cuentan más que nunca. Has de saber llevar el picado de tu avión hasta el punto en el que has de conseguir dar en el blanco. Sólo depende de saber cómo poner tus alas, cómo llevar el timón de tu destino. Para no caer en picado, para salvar la vida y salir con éxito. No hay red para el aterrizaje en la pista del portaaviones, no hay cable que te reenganche a la vida. Solo tu pericia, solo tu saber hacer para ser un verdadero Top Gun y ganar tus alas de piloto y ser un maestro con tu foto en el marco de la fama. Ser otro Piloto de honor, Top Gun…

Redacción: Bricolador Enmascarado.