PANTER VITA ECO
  • Facebook
  • Twitter
  • Google+
  • LinkedIn
  • Compartir:
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en LinkedIn

A veces las historias de terror pueden verse con otros ojos, incluso transformarse en historias de amor. Es el caso de la película que trataremos hoy. ‘Drácula’, de Bram Stoker. Un filme de 1992, dirigido por el gran Francis Ford Coppola que cuenta con un gran reparto de estrellas: Gary Oldman, Winona Ryder, Keanu Reeves y Antony Hopkins.

La película nos cuenta la historia de Jonathan Harker, que, en 1897, debe viajar a Transilvania para representar a su bufete de abogados frente a Drácula con el fin de firmar unos papeles con respecto a la compra de unos edificios y casas en Londres. Ese misterioso hombre es en realidad el príncipe Vlad Tepes, que, por haber perdido el amor de su princesa, se convirtió en vampiro hace muchos años atrás. Cuando accidentalmente el conde ve un retrato del abogado, que es la fiel imagen de su querida y difunta esposa muerta, le hace quedarse en el castillo por un mes contra su voluntad. Por ello, marcha a Londres para intentar conquistarla y hacerla suya para toda la eternidad. Mientras, su novio, intenta escapar de las fuerzas del mal, que lo tienen retenido, hasta poder conseguirlo. Drácula mata a la amiga de su novia. Tras recuperarla, intenta que el romance que han iniciado no vaya a más. Lo persiguen hasta su castillo para poder darle muerte. Finalmente, por su amor, este se redime de sus pecados y obtiene la paz que buscaba.

Esto nos hace reflexionar sobre cómo tratamos a los clientes cuando se habla de vender. Es una historia de terror en la que ese cliente tan importante solo nos succiona la sangre, no nos mata, nos mantiene vivos por sus propios intereses como hacen las mujeres del castillo con el abogado venido desde Londres, o bien somos capaces de hacer de esa turbia relación una historia de amor con final feliz.

Hemos de saber cuáles son nuestros puntos fuertes, cuáles nos hacen mejor, cuáles son los que nos permiten ganar poco a poco esa batalla. Pero hay que recordar que en las ventas solo gana uno, no es un negocio para ambos, solo para una parte. Pero casi siempre se piensa que es para el cliente importante. Es primordial tener una relación en la que ambos ganen y sumen. Si solo estamos encerrados en nuestro castillo de altas torres donde la noche es perpetua y no vemos nunca la luz por no salir a ver cómo es el mundo exterior esas mujeres diabólicas nos seguirán chupando poco a poco toda nuestra sangre, toda nuestra energía. Hemos de ser valientes, como el protagonista, romper el aislamiento. Estudiar cómo y cuándo poder salir. Es vital conocer a nuestro cliente, no solo por medio de fríos números, sino sobre el terreno. Ver si la luz le afecta, cómo duerme entre esos baúles de tierra traídos desde su pueblo natal. Sin todo ese conocimiento, no podrían derrotar a su enemigo. Nos hemos de preguntar si conocemos todo de nuestro cliente importante. Si visitamos sus tiendas, si hablamos con su personal, si vemos como son los consumidores que acuden a sus establecimientos…

Drácula estudia a la prometida del abogado. Mira cuáles son sus puntos débiles y cuáles son sus aficiones para poder acercarse a ella, para poder llevarla a su terreno hasta enamorarla. Por otro lado, se aprovechó de su pobre hermana, succionando su sangre, su energía, su vida. Era un obstáculo que supo poner a su servicio. A veces, ese gran cliente hace lo mismo. Succiona los productos que solo le son beneficiosos para él, nuestros o de nuestra competencia. Para que, al final, en la partida siempre salga como ganador.

Sabemos hacerlo nosotros igual, conocemos bien a nuestra competencia. Saber solo los balances que se cuelgan en internet no nos hace conocedores de ello. Hay que ver de qué tono es el color del blíster, si tiene tonos amarillos dados por el paso del tiempo, si tienen mucho polvo en las estanterías, si el personal de la tienda sabe el nombre del comercial que los visita. Saber es poder, conocer a todo lo que envuelve el negocio del cliente es la razón de poder volver a ver la luz del día o no. Hemos de luchar en las tinieblas de la noche, donde el super cliente y las competencias nos llevan a su terreno favorable, donde la fuerza del ser sobrenatural es mucho más poderosa. Pero, si sabemos qué hacer, sabemos cómo luchar, podremos volver a ver salir la luz del alba. Hemos de medir cada movimiento, cada próximo paso, como los protagonistas en su carrera por alcanzar al malvado en su regreso a su castillo. Allí donde Drácula es más poderoso, donde está más seguro, donde se encuentra su zona de confort.

Si no, nos ayuda ese cazador de vampiros que tanto sabe, que es una fuente de sabiduría, que es quien realmente ha estudiado a su rival. Es muy necesario y útil, por su experiencia, por sus canas que se han forjado en mil batallas. No lo sabe desde una mesa de estudio, lo sabe por haber estado en las frías noches, en los calurosos días, recorriendo calles y trenes con retraso.

Esto solo lo da la experiencia del día a día, con lo que, si sabemos escuchar, dialogar con los clientes, nos da ese plus, que puede que ese gran cliente no tenga, que nuestra competencia carezca de ello. Solo entonces sabremos qué armas usar contra ellos. Porque, solo puede que tengas una oportunidad entre el portal de la noche y el nuevo día para hacer que la bestia quede vencida. Pero, a veces, las historias de terror se vuelven de amor, con lo que cuando las dos partes ganan es cuando la venta tiene una gran razón de ser. Sólo entonces esa historia será buena para los dos, como los protagonistas, vencen a la muerte por su pasión y su gran amor. Que ningún vampiro te chupe la sangre, que, si no, ellos serán los vencedores, de tu historia de terror.

Redacción: Bricolador Enmascarado.

  • Compartir:
  • Compartir en Facebook
  • Compartir en Twitter
  • Compartir en Google+
  • Compartir en LinkedIn