La importancia de adaptarse al mercado.

A veces es bueno buscar temas fuera de las películas convencionales. Por eso, hoy he ido a por un filme de dibujos animados con una divertida historia que creo que puede ser un referente para contar algo con nuestro sector.

Me refiero a ‘Las aventuras de Tadeo Jones’, basada en un personaje, Tadeo, un trabajador de la construcción que quiere ser arqueólogo. Película Española de 2012.

Nos narra la historia de Tadeo Jones. Pese a su trabajo en la obra, su sueño es ser arqueólogo. Tras ser despedido por su jefe, visita a un amigo para que vaya a comprobar un hallazgo en una obra. Mientras está con él, recibe la invitación de la profesora Lana Rhodes para que vaya a Cuzco. Es sobre la ciudad inca de Patiti. Pero su amigo no puede ir por culpa de un accidente, por lo que Tadeo, lo sustituye. En su llegada conoce a la hija del profesor, Sara, y un vendedor ambulante. Pero es secuestrado por unos hombres, para que les entregue la llave de esa ciudad. Por suerte es rescatado por sus amigos.

Tras más aventuras, llegan a las ruinas de Machu Pichu para rescatar al profesor Rhodes. Buscan el tesoro perdido de los incas y luchan contra los malvados que quieren robar ese tesoro, incluido el prometido de Sara, que es en realidad el jefe de los ladrones. Una momia intenta barrarle el paso a que puedan quedarse con el tesoro. Al final, el jefe de los ladrones queda como una momia, en lugar de la que protegía el tesoro. Todos entienden que es mejor no decir nada por el bien colectivo.

Es un buen ejemplo de cómo perseguir un objetivo, de cómo aprender a interpretar los símbolos de los antiguos inca y, de este modo, poder llegar hasta el ansiado tesoro oculto. En nuestro mundo, muchos clientes son ese tesoro oculto que se esconde en algún rincón de múltiples sitios. Dentro de una ciudad, en un pueblo apartado, tras otro cliente que nunca nos da tiempo de visitar. En muchos casos muchos dueños de establecimientos se sienten como esa momia, aislados del mundo, y no porque lo quieran, sino porque muchos proveedores se lo hacen sentir asi. No saben que existen, no lo visitan, no les llaman, ni tan solo saben leer un listado en donde aparecen para que sean visitados. Muchas veces pasa esto. Por motivos miles, no hay comercial, no hay representante, o es que no consume suficiente. O es que según nuestra política, no visitamos a este tipo de clientes. O en el peor de los casos, ni los conocemos, ni hemos pasado nunca por ese sitio, porque creemos que no es importante. Ni tenemos ni idea de su potencial, ni de que son realmente potenciales. Ni fuésemos como Tadeo, que pese a no saber mucho de todo, quiere aprender, quiere saber que dicen esa escritura antigua, para poder comprender cual era el camino a seguir para llegar al tesoro. Se alía con nuevos amigos, pero sabe como se ha de llegar al final del camino.

Por qué no lo hacen así muchas redes comerciales, muchas empresas, que no se adaptan a lo que necesita el mercado, porque no intentan conocer a sus clientes. Por qué cuando vamos a presentar un nuevo catálogo o una nueva línea no nos importa si el cliente lo necesita o no, si ya tiene esa misma línea, o si en lugar de querer endosarle todo. No escuchamos sus necesidades, lo que es realmente lo que quiere o pueda necesitar. Por ello, muchas veces se pierden oportunidades de oro, dejamos escapar ese tesoro. Si realmente estudiásemos a nuestros clientes, sus necesidades, lo que de toda nuestra oferta es lo más indicado ofrecerle. Si hiciésemos esto, el grado de éxito, seria mucho más alto. Vamos a implantar, a endosar, y luego vete tu a saber si se regresa a ver a ese cliente alejado de todo el mundo.

Es una pena, cientos de oportunidades perdidas, mucho hablar de marketing, de internet, para que luego no hagamos llegar nuestra oferta a todos los puntos de venta posibles. Por suerte a veces, empresas más pequeñas, entienden mejor ese mensaje, esa forma de poder encontrar ese tesoro, salvando a esa divertida momia de su letargo, dándole cobertura, esperando que su producto sea importante en ese establecimiento, convirtiéndose ese vendedor en un verdadero Tadeo Jones, todo un arqueólogo de la venta.